Renault 4 - Cartel publicitario francés. |
Nació francés en 1961 y fue bautizado como Renault 4, pero tres años más tarde cruza los pirineos, y empieza su producción española de la mano de FASA. Aquí lo rebautizamos cariñosamente como "cuatro latas" y es fabricado durante un cuarto de siglo, hasta que en 1989, salen los últimos de la fabrica de Valladolid.
A principios de los 90, en España, aun es posible comprarse un R4 nuevo, pero la versión Clan ya no tenía nuestro pedigrí. Importados desde Eslovenia, entonces perteneciente a la antigua Yugoslavia, fueron los últimos ejemplares fabricados en Europa, hasta que en 1993, finaliza definitivamente su producción.
El "cuatro latas", es una leyenda sobre ruedas de la que soy fan. Durante sus más de 30 años de vida, las sucesivas series, fueron recibiendo distintas modificaciones y mejoras que en poco alteraron su fisonomía externa. De todas estas versiones, prefiero especialmente las unidades españolas fabricadas entre los años 1986 y 1989, las mejores de la saga, la creme de la creme.
Sucede que estoy en esa edad donde ni soy joven ni viejo, ni voy sobrado de dinero ni tengo deudas. La edad perfecta para meterse en nuevos berenjenales que renueven los incentivos del día a día. La mecánica del automóvil es uno de esos fregaos' que siempre me han llamado la atención y el R4 por su sencillez es un aliado perfecto para este viaje.
Hoy en día, el R4, es un coche que ha adquirido por méritos propios el atributo de "clásico popular". Un coche, que salvando su evidente desfase en cuanto a medidas de seguridad y limitada potencia, es perfectamente usable como utilitario. Un vehículo simpático y polivalente, bonito a mis ojos, con el que pretendo encontrar formas añadidas de disfrutar de la vida junto a mi chica y nuestra perra Pepa, que es al final es de lo que se trata.
Como esto de las pasiones va por oleadas y la vida ofrece habitualmente nuevas oportunidades de retomar los proyectos que se dejaron a medias, he juntado en mi garaje dos unidades: a la primera en llegar la hemos llamado LUKas, acrónimo de su matrícula de Lugo: LU-K, la tierra de mi abuelo Román, y a la segunda, madrileña como nosotros, MIHail, por la misma razón.
LUKas está mal, La humedad gallega no trata bien la delicada piel de chapa de estas criaturas metálicas. Quitando el día que lo fuimos a comprar a Galicia, en el que le hicimos una prueba, y los 500 metros de distancia desde nuestro garaje al punto de la calle Vía Lusitana donde lo descargó el camión, no lo llegué a conducir nunca. Vino sin frenos y habiendo perdido todo el refrigerante. Cuando lo tuvimos en casa y pudimos verlo con detenimiento, observamos que el óxido estaba haciendo estragos. Era la época en la que estaba enganchardo a todos los programas de motor de la tele, así que un día me dió un flus y junto a mi amigo Richar lo desmonté casi en su totalidad. Ni él ni yo habíamos hecho esto nunca antes, pero Richar sabe mucho de muchas cosas, entre ellas de mecánica y es un tío lleno de energía y muy echado para delante. Pero cuando tuvo que volver a emigrar para buscarse la vida, me quedé sólo con un proyecto que había tomado una dimensión demasiado grande para mí.
Utilizando un simil médico, podríamos decir que LUKas está en la UVI, en un coma inducido desde hace cinco años.
Renault 4 TL 1988 - LUKas (Estado actual, abril 2019) |
LUKas cuando fuimos a por él, el 23 de marzo de 2014 |
Siguiendo el simil médico, podríamos decir que MIHail está muy enfermo pero con buen pronóstico. Le hemos empezado a aplicar cuidados y está respondiendo a la medicación.
Renault 4 TL 1987 - MIHail (Recién llegado al barrio - enero 2019) |
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