jueves, 30 de mayo de 2019

Renault 4L - Cambio del techo rígido por el techo de lona del Twingo.

En la época en la que aun se podían comprar los Renault 4 en los concesionarios oficiales, existía la posibilidad de adquirirlos en versión descapotable.

La opción no era caprichosa, el aire acondicionado es una utopía en este vehículo cuya motorización más potente no pasó de 38 cv y que de serie nunca tuvo ningún tipo de aislamiento térmico en la carrocería.

Si  combinamos lo anterior con los meses veraniegos y con una buena superficie acristalada, obtenemos un pequeño horno sobre ruedas llamado R4.

Hoy en día, son escasísimos y muy caros, los R4 descapotables supervivientes,  pero aun es posible convertir un cuatrolatas convencional en un simpático convertible, adaptando el techo de lona que se montaron en algunas versiones de la primera generación de Renault Twingo.

Renault Twingo descapotable de serie
Estos techos, que aparecen y desaparecen en anuncios publicados en plataformas de venta online como Milanuncios o Wallapop,  se ofrecen a precios que oscilan entre lo racional y lo demencial, lo que no se corresponde necesariamente con su estado de conservación.

Como casi todo en esta vida, se trata de estar atento y esperar la oportunidad adecuada.

Alguien levanta la liebre en un grupo de whatsapp dedicado al cuatrolatas: un tipo en Barcelona tiene a la venta como diez techos de Twingo.

El mismo forero que da el aviso, es en si mismo un fanático de los R4 descapotables.  Hace ya años que se descapotó el suyo y en este momento de su vida, debe llevar ya 4 ó 5 unidades "destechadas". Nadie mejor que él para ocuparse de la parte quirúrgica.

Tres cuatrolateros nos subimos al carro para abaratar costes.   El envío se realizará desde Barcelona hasta Aranda de Duero y hasta allí hemos de acudir con nuestros R4 para el montaje.

Anuncio de Wallapop de venta de techos escamoteables de Renault Twingo

334 kilómetros entre la ida y la vuelta separan Carabanchel de Aranda del Duero. No es un kilometraje excesivo para un coche de hoy en día, pero es toda una aventura si los recorres en un vehículo de hace 32 años al que le faltan muchas cosas por poner a punto y que además tiene el motor de arranque fundido.

Además, y según la ITV, en computo global,  MIHail no ha recorrido esa cantidad de kilómetros al menos en los 6 años anteriores a caer en nuestras manos. Va siendo hora de quitarle las telarañas ¿Llegaremos?

Durante los días previos vamos preparando el coche, primero destapizando el techo, y segundo, ensayando el arranque a empujones del que un día fui especialista con "Vetusto" mi viejo R6, del que tristemente me despedí hace más de 20 años.

Llegado el día D, y dado que al no funcionar el motor de arranque no podremos parar hasta llegar al destino,  repostamos garrafa en ristre,  10 litros de combustible con su correspondiente aditivo. Se supone que con lo que ya hay y con lo que añadimos al depósito, nos dará para ir y volver de manera holgada.

Repostando antes de salir.
Con la Pepa en el asiento de atrás y Gema en el del copiloto, Vicente, mi vecino de "cochera", nos da el empujón de salida y nos ponemos en marcha.

No las tengo todas conmigo de que la cosa salga bien.  Cuando desde Santa María de la Cabeza cojo el túnel que nos incorpora a la M-30 voy conduciendo "más tenso que cagando sin pestillo", pero al mismo tiempo el coche no da ninguna señal de flaqueza.

Túnel para incorporarnos a la M-30
M-30 zona Puente de Ventas.
Después de unos minutos de conducción, el habitáculo comienza a calentarse.  Poso la mano en la zona del cortafuegos y la temperatura es notoria...  Empiezo a sudar y no sólo de calor.

Gema se da cuenta de que llevamos la calefacción encendida, falsa alarma,  MIHail sigue adelante sin problemas.

N-I  dirección Somosierra.
Tomada la Nacional I, mantenemos una velocidad de crucero de entre 110 y 120 km/h, a parte de un motor levemente  más ruidoso de lo que recordaba y cierta temblorina en la dirección que achaco a un mal alineado de las ruedas, todo va bien.

N-I primeras rampas serias.
Los problemas de verdad comienzan cuando llegan las primeras rampas antes del puerto de Somosierra, el motor se ahoga, pierde revoluciones y la velocidad cae.  Reduzco a tercera y el coche sigue sufriendo.  Acabo bajando a segunda y la velocidad no llega ya a los 60 km/h.  Ponemos las luces de emergencia, vamos por debajo de la velocidad mínima legal en autopista y tengo miedo de que nos embistan.  Por suerte encontramos refugio a rebufo de un "vehículo longo" que debe ir cargado hasta las trancas.  Agradecemos muchísimo la presencia de este
camión que nos hace mucho más visibles a los demás conductores. Dicen que Dios aprieta pero no ahoga.

N-I  Puerto de Somosierra
 Aunque de manera angustiosa, coronamos el puerto e iniciamos el descenso.  Hemos sufrido, pero mucho se tiene que torcer la cosa para que no lleguemos sobre nuestras ruedas al punto de encuentro en Fuentespina, junto a Aranda de Duero.

Fuentespina - Llegada a destino.
A pesar de nuestra lamentable velocidad de crucero, hemos llegado antes de la hora, así que dejamos el coche en una cuesta abajo para poderlo arrancar más tarde, y salimos a estirar las piernas y tomar algo.

Fuentespina es un pueblo tranquilo, demasiado tranquilo diría yo. Ni siquiera tiene un cajero automático.

Lo que a los forasteros nos parece una simple molestia, se convierte en un auténtico problemón en el día a día de personas como el paisano con el que charlamos en el bar del pueblo,  que por edad ya no podía conducir y para el que acercarse a la vecina Aranda para disponer de dinero de bolsillo,  le suponía una auténtica batalla. 

Paradojas de la vida, mientras los pueblos se mueren, en las grandes ciudades nos apiñamos unos encima de otros y casi no podemos respirar.

Finalmente nos reunimos con mi tocallo Alberto y después de conocer su famosísima "nave" y dejar guardado allí a MIHail, nos vamos a Aranda a comer.

Este chaval puede ser tranquilamente una de las personas que más saben en el mundillo de los clásicos  setenteros y ochenteros de Renault, pero además es una buen tipo y un anfitrión cojonudo.  Es un honor y un placer compartir el día con él.

Gema, Pepa, Alberto y yo camino de repostar las barrigas para disfrutar con fuerzas de una tarde mecánica.

La nave de Alberto

De vuelta a la nave, Gema y Pepa se van a dar un paseo por el campo mientras por mi parte, deambulo por el local lleno de sana envidia por lo que  estos chicos tienen aquí.  No todos los días se topa uno con el R4 mítico de Alberto, su R7 y su grupo de colegas renoleros.   Insisto en lo de la sana envidia.

Nada más abrir el capot los ojos de Alberto se detienen en el delco. Hay un cable de bujía que se ha soltado... hemos venido desde Madrid en tres cilindros y aun así hemos llegado.

Un cable de bujía desconectado explica a la vez la falta de potencia, el sonido voluminoso del motor y las pequeñas vibraciones.   MIHail tiene goteras pero también tiene un corazón rocoso.

Interior de la nave de Alberto y su grupo de aficionados.
Después de encintar el techo, marcarlo con la plantilla y proteger la tapicería de las virutas metálicas, llega la hora de la verdad. La hora de despedirse del techo metálico. 

Siempre hay dudas acerca de si nos arrepentiremos o no, pero la mayoría de las decisiones de la vida que implican cambios tienen ese componente de incertidumbre.

En este caso perdemos seguridad ante un eventual vuelco, pero tampoco es que se pueda vivir pensando en situaciones extremas que no tienen porqué producirse. Este coche es para conducir con prudencia y disfrutarlo sin excesos.



Poco a poco la transformación del tejado de MIHail avanza de manera irreversible.


Tras unos minutos de concienzudo trabajo con el taladro y la caladora, este es el resultado:


En un par de horas queda concluida las fases de corte de la chapa y montaje del nuevo techo de lona.  Para ese momento Gema y Pepa ya han vuelto de su paseo por el monte de los alrededores.

Alrededores de Fuentespina
Pepa viene realmente machacada. Me cuentan que no ha dejado de correr un solo conejo y que no puede con ninguna de sus cuatro patas.  De nuevo, otro miembro de la expedición carabanchelera encuentra de gran utilidad el equipamiento interno de la nave.


Otra parte muy importante de las instalaciones, es este rincón con la barra y la nevera.



Con el trabajo terminado empiezan a aperecer por allí otros "socios" de la nave... todos ellos enamorados de los clásicos, a cada cual más majete.


Ya solo queda despedirse, ser empujados para arrancar y tomar el camino de vuelta a casa. Esta vez con los cuatro cilindros del motor conectados y con todo el músculo del motor sierra de 1.1108 cc y sus 38 caballos haciendo girar las ruedas. 



Viaje de regreso con el techo descapotado.
Ni las rampas más duras nos hacen reducir la velocidad por debajo de los 90/100 kilómetros por hora y en las rectas y las bajadas tenemos que controlar el pie en el acelerador para no venirnos arriba y pasar de los 130.

Sin embargo, nos vemos obligados a parar en La Cabrera para repostar.   El viaje de ida, con el coche en tres cilindros, se ha traducido en un mayor consumo de combustible y la vuelta, con la alegría del motor en plenitud y el pie pisando con alegría el acelerador, no nos han hecho ser comedidos en el consumo.

Paramos en la gasolinera del hotel Cancho del Águila, que nos trae muy buenos recuerdos de cuando iniciábamos nuestra relación Gema y yo, pensando que tendremos que empujar a MIHail para retomar la marcha, pero no.  El viejo cuatrolatas está contento y al girar la llave, nos regala el canto del cisne de su motor de arranque, salimos de allí con toda la dignidad del mundo.


N-I dirección Madrid.
Llegamos a nuestra cochera del barrio de Abrantes en Carabanchel sin mayor problema, guardamos a MIHail y nos volvemos en el Ibiza a casa.

Todo ha salido bien, estamos contentos porque hemos vivido otra aventura renolera que nos ha llevado a conocer a gente maja y muy interesante y encima, ya tenemos descapotable.

Si lees esto, gracias Alberto por el techo, la amabilidad y todo lo demás. Nos volveremos a ver.


R4 TL 1987 - Con capota de Twingo instalada.

lunes, 20 de mayo de 2019

Renault 4L - Cambio de los amortiguadores traseros de MIHail


MIHail, nuestro R4 TL de 1987 llegó a nuestras manos recién nacido el año 2019, tras 32 años y 140.000 kms. de andaduras por quien sabe donde, conservando aun los amortiguadores originales, los Lip Allinquant de referencia 7702045861
Renault 4 TL -
amortiguador original (foto Cruz)
Demasiados años y demasiados kilómetros para un elemento vital para la seguridad y el confort. 

Con sus amortiguadores totalmente degradados,  en orden de marcha MIHail se balancea en el mar de asfalto como una barca a la deriva, pero no solo la inestabilidad de la carrocería es lo que nos motiva a la sustitución de sus amortiguadores, nos resulta tanto o más preocupantes las pequeñas pérdidas de adherencia que notamos cuando el asfalto se vuelve irregular y estamos en medio de un giro.

En orden de prioridades y después de recuperar la funcionalidad de los frenos traseros, lo segundo en importancia es garantizar que los estrechos neumáticos del R4 de  medida 135/80 R13   permanezcan pegados al suelo siempre, especialmente en el caso de una frenada de emergencia o al transitar por superficies que no estén en un estado ideal. 

Puestos en antecedentes, lo suyo es cambiar los 4 amortiguadores a la vez, pero mis conocimientos mecánicos dan para lo que dan y de momento prefiero empezar por el tren trasero que ya conozco bien de la actualización del sistema de frenado.


Portada del PR 1104, catálogo oficial de piezas de
recambio del Renault 4.
Una vez decidido el cambio, lo primero que hay que hacer es comprar el recambio, y para ello lo mejor es obtener la referencia oficial de la pieza, que obtengo del catálogo oficial de la casa, el PR1104..
Este libro contempla varias referencias posibles:
  • 7701400130
  • 7700511045
  • 7700717085

En base a ellas y después de consultar la oferta disponible en las páginas de recambio Endado.com (mi favorita) y Oscaro.es (un poco desastre pero con un gigantesco surtido de recambios) compro los Kayaba (KYB) Gas A Just de referencia 551045.

Elijo estos amortiguadores por combinar el funcionamiento a gas y el sistema monotubo que espero que me aporte una estabilidad superior a las que tenía en origen , y por ser de un fabricante sobradamente reconocido. 

El Montaje


La caja del amortiguador contiene el amortiguador comprimido con una tira de plástico, 2 tuercas (una más gruesa que otra), 2 tacos de goma y tres arandelas, de las cuales dos son iguales y  una tiene una rebaba interna más marcada. También contiene unas instrucciones gráficas, que no valen para absolutamente nada.

Renault 4 TL 1987 - Amortiguadores traseros Kayaba Gas A Just 551045. Contenido de la caja.
Contenido de la caja: arriba el amortiguador y debajo y de izquierda a derecha la arandela con la rebaba en el ojal, las otras dos que son iguales y los dos tacos de goma.
Como las instrucciones son genéricas, exclusivamente gráficas y no contemplan este amortiguador en particular, se me presentan dudas en cuanto al orden de montaje, y aunque obtengo una primera ayuda en el grupo de whatsapp creado en torno al R4, termino de salir de ellas recurriendo a la fuente, KYB Ibérica,  donde mediante contacto telefónico, un técnico muy amable me explica el orden correcto de montaje de arandelas y  gomas en la espiga

En la foto bajo estas líneas puede verse el amortiguador con estos elementos instalados en el orden correcto.  De derecha a izquierda: amortiguador, arandela, goma, arandela con rebaba -chasis del vehículo - goma, arandela, tuerca gruesa y tuerca fina.

Amortiguador Kayaba Gas-A-Just, orden de montaje.
Tras elevar el coche con el gato, quitamos la rueda y tenemos pleno acceso al amortiguador. Por serguridad, mejor apoyar el coche también sobre una borriqueta

Renault 4 TL - amortiguador trasero izquierdo montado de fábrica: LIP ALLIQUANT 77 02 045 861
Para desmontarlo,  soltamos con una llave de tubo de métrica 17 la tuercas que lo ancla al bastidor por el ojal (parte superior) y con dos llaves fijas de la misma medida, la tuerca y contratuerca de la espiga (parte inferior)

Renault 4 TL - amortiguador trasero. Tuerca y arandela del lado del ojal.

Renault 4 TL - amortiguador trasero - tope de toma, tuerca y contratuerca del lado de la espiga
Quitadas las tres tuercas,  elevamos el brazo de la suspensión con el gato para abrir el hueco al máximo y poder sacar el amortiguador sin dificultad.

 
Renault 4 TL  1987 - amortiguadores traseros. Elevando el brazo de la suspensión para abrir el hueco y sacar el amortiguador sin dificultad.
Una vez extraído el amortiguador, lo comparo con el nuevo y con el que en su día quité de LUKas, nuestro otro R4 TL de 1988.  Es curioso comprobar que aunque son de tecnologías  y diseños  distintos, sirven igual para el mismo coche.


Renault 4 TL 1987 - de arriba abajo: amortiguador Monroe de nuestro otro R4 de 1988. En el medio el amortiguador original recién sacado de MIHail el LIP Allinquant 7702045861 y debajo de el su sustituto, el Kayaba Gas-A-Just 551045
Desmontado el amortiguador viejo, corto la tira de plástico del Kayaba y el amortiguador se descomprime unos centímetros quedando de un tamaño que queda lejos de encajar en el hueco del R4.

Renault 4 TL 1987 - Como puede verse en la foto, a pesar de estar encajado por el lado de la espiga, el del ojal está lejos de encajar en el tornillo pasante del brazo de la suspensión.
Estos amortiguadores son durísimos y no se pueden comprimir durante la instalación tienen que llegar a su sitio comprimidos.


En el manual Renault se contempla un útil para la compresión de los amortiguadores denominado Sus. 283, que en resumidas cuentas es una especie de sirga de acero con una hebilla y una espiga que permiten mantener el amortiguador comprimido.   Ya no existe, así que hay que inventar algo que se le parezca:

Con un cordino de escalada que tenía por casa hago una gaza con la que abrazo el extremo del amortiguador  por el lado de la espiga y cierro los otros dos cabos con un nudo de ocho que no desliza y soporta mucha carga.   

Apoyamos el amortiguador en una tabla en el suelo en vertical, por el lado de la espiga, y lo comprimo echando todo el peso del cuerpo sobre el.

Mientras mantengo el amortiguador comprimido al máximo, mi chica abraza con el cordino el ojal del amortiguador impidiendo que se descomprima.

Al mismo tiempo para evitar que se me salga la segunda arandela de la espiga durante el proceso de montaje, la sujetamos con una vuelta de cinta de carrocero.

Este es el invento:

Amortiguador Kayaba Just-A-Gas comprimido a tope y sujeto con un cordino.
Si aun así nos faltan uno o dos milímetros de compresión, podemos meter una espiga de madera de carpintero entre el cordino y el amortiguador.

Una vez en su sitio, atornillamos el amortiguador por el lado del ojal con una arandela y una tuerca de seguridad (no incluidas).
  

En el trozo de espiga a la vista, al otro lado del bastidor, instalamos la otra goma y la última arandela  que fijamos con la tuerca y la contratuerca también incluidas.



 Y ya está, ya sólo queda quitar  el gato con el que manteníamos subido el brazo de la suspensión, quitar la borriqueta, montar la rueda y bajar el coche al suelo.

A tener en cuenta:


Como puede verse en las siguientes fotos, el lado izquierdo con el amortiguador nuevo a gas, gana 4 centímetros de altura con respecto al amortiguador viejo.

En la foto bajo estas líneas puede verse que obtengo una medida de 40 centímetros desde el suelo al pliegue del parachoques.




...mientras que en lado derecho, donde aun está instalado el amortiguador LIP Alliquant de aceite, la medida es de 36 centímetros.


En la rueda trasera izquierda con el amortiguador nuevo de gas instalado obtengo una medida de 5 centímetros desde el borde del neumático a la carrocería


Mientras que en la rueda trasera derecha con el viejo amortiguador de aceite obtengo entre los mismos puntos una  media inferior a 2 centímetros.


Otra sorpresa fue que el agujero donde va el perno que sujeta el amortiguador por el ojal, estaba muy desgastado en su lado derecho, tuve que añadir una arandela a cada lado para evitar que la cosa fuera a mayores.



Y esto es todo, espero que esta entrada pueda ser de utilidad a alguien. 

lunes, 6 de mayo de 2019

Renault 4L - Semana Santa 2019 - Pescando recambios en Cangas de Narcea.

24 horas antes del Jueves Santo, el lugar elegido para el de disfrute de nuestras vacaciones había ido saltando, empujado por las previsiones de mal tiempo, desde Jaén a Espiel (Córdoba), pasando por San Bartolo en Cádiz y diversos puntos clave al Sur de Lisboa.  Pero cuando nos subimos a la furgo, un nuevo  cambio en la previsión, supone un  definitivo bandazo que nos sitúa en la A6 camino de Asturias.

Este primer párrafo que podría perfectamente pertenecer a una entrada de mi blog de escalada Bitácora Vertical, se cuela aquí porque aunque entre nuestras intenciones y equipaje sigue encontrándose toda la intendencia vertical, por primera vez en 15 años, no son las coordenadas de la pequeña localidad de Aciera en el Concejo de Quirós, las que guían el rumbo del navegador de abordo, sino las de Cangas de Narcea, el Municipio que da nombre al Concejo más grande del Principado, en el inédito para nosotros, suroeste Asturiano.

Cuando curioseas en Google para investigar los atractivos de Cangas de Narcea y, además te sientes parte de la naturaleza a la que amas, Muniellos es un nombre que te explota en la pantalla llamando la atención:  55 km2 de montes, valles, ríos cubierto de un bosque de robles, hayas, abedules y  tejos.  La mayor reserva del oso pardo cantábrico que comparte el espacio con lobos, zorros, corzos jabalíes y urogallos...   Un paraíso que sólo es visitable para un máximo de 20 personas al día previa reserva y autorización, y  sin posibilidad de ser acompañado por familiares de 4 patas.  La visita requiere premeditación y organización logística y el nuestro es  un viaje a puerta fría, marcado por la flexibilidad y la improvisación del que forma parte indisoluble Pepa, nuestra hija-perro.

Sin embargo, hay otros montes cerca de Muniellos que comparten alguno de sus atractivos sin ninguna de sus restricciones, con rutas sencillas descargables en wikiloc y con buenos furgoperfectos para dormir.

A estas alturas, algún lector despistado se estará preguntando ¿Qué coño hace una entrada como esta en un incipiente blog dedicado al R4?  Pues allí que vamos. 

Buscando en Milanuncios recambios para nuestros cuatro latas, LUKas y MIHail,  topé con un recambista gallego-asturiano que tenía algunos artículos que me interesaban y por los que contacté con él.

Resulta que el hombre se encuentra liquidando el almacén de un antiguo taller Renault  que pertenecía a su suegro, y lo más interesante, es que los recambios a la venta en la web son básicamente una muestra de los que aun permanecen esperando dueño definitivo en las estanterías del viejo concesionario. 

Cuando a 24 horas del Jueves Santo, la ventana de buen tiempo se abre dejando despejada únicamente la Cordillera Cantábrica, propongo a Gema un viaje en el que combinar objetivos mecánico-turísticos-senderista-escalatorios y como era de esperar, obtengo un sí por respuesta.  

Nuestra primera parada, tras cinco horas de viaje, es Cangas de Narcea. La capital del concejo del mismo nombre, que si bien merece una visita, en nuestra primera impresión, la consideramos un núcleo demasiado urbanizado que no parece el mejor lugar para pasar la noche, y menos aun con Pepa. Así que tras deliberarlo brevemente, proseguimos hasta Gedrez a las puertas de Muniellos, donde se supone que hay un furgoperfecto para dormir.

Tristemente ya no es así, Casa Funsiquín ha cerrado,  y ni el área ni el bar restaurante siguen operativos. 

Por lo visto la familia que lo llevaba no necesita trabajarlo más y, obviamente, la hostelería es demasiado dura como para mantenerla por hobby... por mucho que nos duela a los furgoneteros.

Por suerte, sí permanece abierto el restaurante del Hotel Rural Casa Grabelón, donde hicimos una parada técnica para tomar algo y hacer uso de su baño. 

Estiradas las piernas y las patas, y resueltas las necesidades básicas, retrocedemos hasta Moal, la aldea que recibió en 2018 el premio al "Pueblo Ejemplar de Asturias" como reconocimiento a la labor de sus vecinos por conservar las tradiciones y el entorno natural, y donde encontramos gracias a la página furgovw,  un perfecto "furgoperfecto", en el que al resguardo de la lluvia, bajo un techo que cubre una explanada de cemento presidida por un escenario (utilizado por los Reyes de España para el discurso de entrega del citado premio), pudimos cenar tranquilamente y dormir a pierna suelta.

Al día siguiente empleamos la mañana en una ruta senderista que partía de allí mismo y que se  llama "Bosques de Moal" bien indicada, con track descargable en wikilok y que disfrutamos muchísimo. 

No es Muniellos pero está junto a la reserva y comparte alguno de sus elementos. Lo importante es disfrutamos muchísimo, y más si cabe, porque  el  espectáculo natural no muestra todo su potencial desde el principio, y hay que ganárselo a medida que las piernas y las patas avanzan por sus más de 8 kilómetros de recorrido.  Lo que queda es la sonrisa que te deja al final, sobre todo tras la abrupta e imprevista bajada, en la que no me libré del pertinente resbalón con culetazo en el barro.

En definitiva, un paisaje hermoso y diferente a los asturianos del centro y oriente de los que somos más habituales.

Gema detectó lo que había pasado desapercibido para mí.  Bajo esta capa vegetal terminó sus días de carretera un coche totalmente irreconocible.  ¿Cómo y porqué llegó aquí y a manos de quién?  Preguntas sin respuesta que no salvaran a la humanidad pero que me asaltan por dentro. 

Bosques de Moal - Pepa en un momento de la ruta

Bien, cubierta la parte física, deportiva y natural de esta primera jornada vacacional, y satisfechos los intereses comunes de los tres, aún nos queda por resolver  la parte mecánica. 

No hubiéramos descubierto las posibilidades de Cangas de Narcea si no es por Jose y sus artículos a la venta en la web de milanuncios.

El reloj marca algún minuto antes de las 16:30 cuando le esperábamos a las puertas del viejo taller oficial de Renault.  Quizás una de las puertas del paraíso para un aficionado a los clásicos populares de la marca del rombo.

José resultó ser un señor encantador:  junto a él,  Gema, Pepa  y yo pasamos tres maravillosas horas juntos,  abriendo caja tras caja, mirando en los listados y buscando referencia tras referencia en los catálogos de piezas de Renault. 

Jose bajaba las cajas, y luego él y yo buscábamos las piezas identificadas como pertenecientes al Renault 4 para más tarde comprobar en el PR oficial que fueran compatibles con nuestros TL del 87 y 88.  Cada vez que encontrábamos una pieza que servía para MIHail y Lukas lo celebrábamos a lo grande cantando la referencia que  Gema apuntaba en una libreta, junto al nombre de la pieza y las unidades que nos llevábamos.  Cuando tuvimos todo cribado, Jose buscó los precios de cada pieza en el libro de tarifas de Renault (no precisamente actualizado) del que obtuvimos un total que pagamos encantados.

Jose y yo en el almacén del antiguo taller Renault de Cangas de Narcea.
Pieza a pieza, referencia a referencia, página a página,  acabamos llenando  4 ó 5 hojas de la libreta y una buena caja repleta de piezas originales que permitirán a nuestros dos R4 tener una mejor salud y recuperar alguna de sus prestaciones perdidas.

Renault 4  - Caja de Recambios comprados a Jose en Cangas de Narcea.

Salimos de allí contentos por las adquisiciones, pero sobre todo por la vivencia que es lo que de verdad importa: por haber conocido a una persona buena y haber compartido con él un rato de nuestras vidas.

Creo que la auténtica naturaleza de un hobby es esta: servir de instrumento para moverse, conocer personas y lugares e interactuar con ellas.  Nosotros lo logramos plenamente y nos fuimos de allí completamente satisfechos.  

Desde Cangas ponemos rumbo a Entrago en el concejo de Teverga, volvemos a lo nuestro, la escalada, inagurando valle como principal destino vertical asturiano.   Quirós sigue inalterablemente hermoso, pero se ha hecho viejo en los aspectos que tienen que ver con el hombre y también  nosotros nos hemos hablandado mucho.  Teverga ofrece ducha, baño y bares, la misma roca y un equipamiento más moderno.  Es hora de abrirse a nuevas posibilidades.

Igual que la climatología nos trajo a Asturias cuando habíamos planeado ir a Córdoba, es estúpido obcecarse con resistirse al cambio.   Como dice el I Ching, el cambio es lo único que no cambia.

Volveremos a Quirós pero es momento de dejar pasar el tiempo para estar a la altura de lo que exige . De momento nos dejamos llevar... y es un placer.




Aparcamiento de caravanas y furgonetas de Entrago (Teverga) Nosotros pensando en cambiar de furgo y otros disfrutando de lo mismo en una vieja y minúscula Renault Expres... Al final, viajar y pasarlo bien, depende fundamentalmente de la actitud.


Renault 4 Furgoneta - Cambio de latiguillos delanteros.

 Dos ITV's llevo falladas por descompensación de frenada en el eje delantero.  Hace unos meses cambié la bomba y lo primero que pensé es...